Para los egipcios, el ciclo perpetuo de la llegada y la puesta del Sol es comparable al ciclo de la vida y de la muerte. Así, cada mañana el Sol nace en oriente, crece hasta el cenit, envejece hacia occidente, y luego desaparece en el reino de los muertos, la Duat. Este viaje diurno, el dios solar, Ra, lo efectúa a bordo de una barca llamada mandyet.
El periplo perpetuo de Ra no conoce pausa al atardecer, al contrario, sólo empieza de nuevo. Es en otra barca, llamada mesektet, en la que comienza su periplo subterráneo, el que atraviesa durante las doce horas de la noche antes de poder renacer por la mañana. En el reino de los muertos, debe enfrentarse con las fuerzas del caos, en las que el representante más poderoso es la serpiente Apofis. En la barca es acompañado por otras divinidades que le ayudan a luchar contra el caos.
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