Describe el viaje de Ra en su barca solar por la Duat, el Más Allá, durante las doce horas nocturnas, venciendo toda clase de peligros, y de su renacimiento al amanecer como Jepri.
Cada hora tiene tres partes: la central representa a Ra y a su séquito, Upuaut (El que abre los caminos), Sia (Concepto), Hu (Mandato) y otros, y la superior e inferior las orillas del río con sus habitantes.
Según los sacerdotes de Heliópolis, se confirma la supremacía de la creación de Ra, que crea su propia forma de
Jepri, a los dioses de su barca como manifestaciones de él mismo, a los
demás dioses (Enéada)
y a la humanidad, como se refleja continuamente: los dioses de la Duat,
el inframundo, reviven cada noche cuando oyen su voz y lo proclaman. El
Abismo preexistente del que el gran dios nació por sí mismo, acecha
continuamente así como sus criaturas que son aniquiladas por los dioses.
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